"Quiero contribuir a que en Túnez y en el mundo árabe haya igualdad de género"
Hadhemi Boukadida opina que en su país hay muchas leyes que promueven que las mujeres y los hombres sean iguales pero que, en la práctica, "la igualdad no existe todavía"
Hadhemi Boukadida (Túnez, 1993) es feminista en el país más feminista del mundo árabe: Túnez. Allí, la lucha de las mujeres por la igualdad parece haber surtido más efecto que en otros países árabes. Mucho tiene que ver para que eso sea así que ya en 1956, después de convertirse en un país independiente, el Código del Estatuto Personal estableciera que las mujeres y los hombres debían tener los mismos derechos y las mismas libertades. “Se le dio a la mujer un inaudito espacio en la sociedad tunecina. Se abolió la poligamia, se aprobó el divorcio y también que la autorización para el casamiento fuese mutuo”, indica Hadhemi, que en 2016 fue elegida para cursar un máster en igualdad de género. El primero de esa especialidad jamás impartido en Túnez.
Hadhemi, que es profesora de Derecho Público y Ciencias Políticas en la Universidad de Sausse, lleva años involucrada y comprometida con la igualdad entre mujeres y hombres, un tema sobre el que no ha parado nunca de formarse y que ha estudiado también en Valencia, donde ha trabajado con la periodista Lola Bañón y donde pudo participar en la manifestación del 8 de marzo de 2018. “Lo recuerdo muy bien porque fue un día fantástico. Una amiga española me invitó a ir con sus amigas; todas llevaban ropa de color morado y pancartas pidiendo igualdad entre hombres y mujeres”, rememora nostálgica. Durante el evento pudo comprobar cuáles eran algunas de las demandas de las mujeres españolas: “Me decían que había un problema con los salarios y que no hay igualdad de oportunidades, como en Túnez, aunque es cierto”, matiza, “que aquí tenemos muchas más dificultades que en España”.
“Hay gente en Túnez que no entiende que el hombre y la mujer tienen que ser iguales”
Entre esas dificultades aparece la de poder hablar abiertamente de igualdad de género en las calles y en los hogares tunecinos: “Es tabú. No puedes hablarlo con todo el mundo porque en Túnez hay quien no sabe distinguir entre libertad y religión”, dice Hadhemi. Ella puede compartir que es feminista y que quiere “cambiar las cosas para que los hombres y las mujeres sean iguales” con algunos miembros de su familia. Con otros, no. “No lo aceptan, como buena parte de los tunecinos”, apunta al tiempo que señala la principal problemática: “La religión impide que se pueda hablar sin reparos sobre igualdad. Hay gente en Túnez que no entiende que el hombre y la mujer tienen que ser iguales porque dicen que en el Islam no lo son. Si a esa gente les digo que soy feminista piensan que soy mala persona”.
Es posible que si mucha gente en Túnez todavía no entiende o no comparte que tiene que haber igualdad, ésta no solo sea tabú, sino que además sea más difícil de alcanzar. “Tenemos mucha legislación que promueve la igualdad, pero la realidad no es esa. No existe todavía. Por ejemplo, hay una ley que dice que en las listas electorales tiene que haber un 50% de candidatas y un 50% de candidatos, pero en el parlamento eso no se ve. Estamos ahora cambiando el Gobierno y no hay ni una sola mujer ahí”, remarca Boukadida. Es solo un ejemplo, pero hay más circunstancias que denotan que todavía hay un largo camino por recorrer. Aun así, Hadhemi reconoce ser “una afortunada” al comparar la situación de las mujeres tunecinas “con las que tienen otras mujeres en otros países islámicos como Egipto o Arabia Saudí”.
Por ejemplo, Hadhemi resalta que “la Constitución de 2014 incluyó la libertad de vestimenta, así que a la mujer ya nadie la obliga aquí a llevar velo, y tampoco a no llevarlo. Habib Bourguiba, nuestro primer presidente, ya dijo en 1956 que la mujer tiene que ser libre de ponerse lo que quiera. Él mismo quitó a una mujer el velo en 1956”, explica. Ha habido otros episodios que reflejan la lucha de la mujer en la sociedad tunecina. En 2013, Amina Sboui publicó una foto en la que en su cuerpo desnudo aparecía la frase “mi cuerpo me pertenece y no representa el honor de nadie”. Fue también un gesto de reivindicación, cuenta Hadhemi, quien dice de Sboui que “quiso hacer ver que es una mujer libre y que todas deberían serlo”.
“Las mujeres tunecinas sufrimos mucho acoso todavía”
Otra de las mujeres que han tenido un considerable impacto en Túnez es Suad Abderrahim, que se convirtió en 2018 en la primera alcaldesa electa de una capital árabe. Fue un hito, pero la propia Abderrahim aprovechó su cargo para recordar que la sociedad tunecina era todavía patriarcal y sexista. Los motivos de que eso sea así son variados, según Boukadida: “Estamos intentando tener un país igualitario, pero intentarlo no es suficiente. Las mujeres tunecinas sufrimos mucho acoso todavía y esto no es una cuestión de que haya unas u otras leyes, tiene que ver con la mentalidad de la gente”.
En cualquier caso, hay leyes tunecinas de las que Hadhemi está especialmente orgullosa. Una de ellas es la que dio libertad a las mujeres para casarse con hombres que no fuesen musulmanes. Fue una legislación que a su vez revertía otra que había sido promulgada en 1973, todavía con Bourguiba en el poder. Hadhemi explica que “por aquel entonces muchos países lo prohibían porque decían que así lo ponía en el Corán”. Ahora, no obstante, Hadhemi señala que Túnez no adopta y aprueba leyes con el Corán en mente. “Fuimos el primer país musulmán que eliminó esa condición porque ahora somos diferentes, somos un Estado de Derecho y aquí se aplica un marco legal basado en eso, en la ley”. Aun así, Boukadida insiste en que en Túnez mucha gente sigue sin aceptarlo y prefiere priorizar la religión. Es precisamente esa contradicción la que de momento impide que la ley para que el reparto de la herencia sea igualitatrio entre hombres y mujeres no sea ya una realidad. “Lleva años siendo un borrador”, apunta Boukadida.
Hay otro conflicto que a Hadhemi parece sorprenderle (negativamente) y tiene que ver con algunas mujeres tunecinas. “Hay un proverbio árabe que dice que el enemigo de la mujer es la propia mujer”. Esto lo dice, explica, porque muchas en Túnez “parecen ir en contra de las propias mujeres”. De ellas dice que están “culturalmente limitadas, lo cual contribuye también a que en el mundo árabe no surjan líderes femeninas”. En Túnez, cuenta, hay asimismo “muchas otras mujeres en la sociedad civil que pelean para que haya igualdad y para que haya mujeres liderando en el país”. Tiene que ser así, manifiesta, para que las mujeres tanto en Túnez como en otros países árabes puedan ser libres de decidir con quién casarse, a qué edad, qué educación obtener…
“Hablar de género no tiene por qué ser hablar sobre hombres y mujeres, hablar de género es hablar de igualdad”
El proceso en busca de la libertad y la igualdad de las mujeres en los países árabes es, como dijo la egipcia y feminista Mona Elthaway, lento. Así lo es, considera Hadhemi, porque a día de hoy no solo Túnez, sino las naciones árabes en su conjunto “no diferencian entre Estado y religión. Es un grave problema que explica por qué el proceso es tan lento”. Boukadida, sin embargo, mantiene la esperanza y piensa que su país está en el camino correcto. Primero, porque la transición democrática sigue avanzando y se consolidó con la Constitución de 2014. Segundo, porque ese cambio de mentalidad que la profesora y politóloga cree que su país necesita llegará con las nuevas generaciones. Ahí, asegura, “son mayoría quienes prefieren el cambio”. Si ese cambio se consigue, “Túnez será un país mejor”, arguye Hadhemi.
Por ahora, manifiesta querer “contribuir para que la idea de la igualdad de género se desarrolle en Túnez y en los demás países árabes”. Para ello, cree que es también importante que se pueda lograr “un balance entre feminismo y religión en el que nos respetemos los unos a los otros”. Cuenta que tiene muchos amigos a quienes les gusta y practican la religión, lo cual ella también hace, “pero con moderación”, afirma al tiempo que expone lo siguiente: “No llevo velo pero respeto que otra gente lo haga, acepto la diferencia”. Así, aceptar las diferencias es una de las recetas que Hadhemi propone para que haya igualdad entre hombres y mujeres en su país, y recalca que “hablar de género no tiene por qué ser hablar sobre hombres y mujeres, hablar de género es hablar de igualdad. El respeto es necesario siempre; a la religión, al hombre, a la mujer…yo no tengo problemas con ninguno”.
Hadhemi Boukadida tampoco tiene problemas en reconocer que su celebración del próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, no es tan importante para ella como la del 13 de agosto. Aunque sí celebra el primero, es en el segundo cuando las mujeres tunecinas salen a la calle a luchar por sus derechos y por sus libertades. “Ese día nadie trabaja, nadie estudia, es fiesta nacional. Escribimos pancartas y salimos a las calles a pedir igualdad, como en España”, dice emocionada. En Túnez, continúa, “está bien que la igualdad aparezca en la Constitución, pero queremos verla en la vida real también”. En principio, Hadhemi no podrá participar este año de la manifestación del 13 de agosto porque estará en Valencia, donde tiene planeado viajar frecuentemente para seguir trabajando con Lola Bañón y para continuar formándose en una materia que le apasiona y en la que cree firmemente: la igualdad de género. Feminista en el país árabe más feminista, sueña con una Túnez justa e igualitaria. Y parece estar convencida de que una de las vías para conseguirlo es precisamente el feminismo, al que define así:
“El feminismo es aceptar la igualdad entre el hombre y la mujer. Es proteger los derechos de la mujer y no distinguirlos de los del hombre. Es dar libertad a las mujeres y no interferir en su intimidad, su cuerpo, su vestimenta y su comportamiento. El feminismo es respetar a la mujer”
Recomendaciones 👀
Sobre lo que hizo Amina Sboui, que no solo conmocionó a Túnez sino también al mundo árabe en general, podéis leer más pinchando aquí.
Este vídeo de Visual Politiks sobre la Primavera Árabe en Túnez y la posterior transición democrática del país.
Si tenéis Netflix, podéis también ver la el documental Nevenka. Su historia es historia del feminismo en España. Disponible aquí.
Tampoco puedo hoy dejar pasar la oportunidad de recomendar la newsletter sobre feminismo de mi compañera Mariana Limón.
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