Youtubers andorranos, impuestos españoles
Se puede criticar a quien se va...y se puede también crear un sistema fiscal competitivo para retener al talento que quiere huir y atraer al que quisiera venir
Hace poco más de un mes, El Rubius, uno de los youtubers más seguidos y más importantes de España, comunicó en una de sus retransmisiones que se mudaba a Andorra. Uno de los motivos que dio fue que se iba para pagar menos impuestos. “Es un plus, obviamente”, dijo. Fue un anuncio que suscitó un tenso y acalorado debate que todavía perdura en el tiempo por varias razones. Una de ellas es que aún hay quienes se indignan por la insolidaridad de estas conductas. Otra, que hay un discurso que al parecer ha calado entre algunas capas de la sociedad que defienden su marcha y que la justifican señalando que en España se pagan demasiados impuestos. Al otro lado de lo que podría llamarse espectro fiscal están quienes sostienen que si hay la carga fiscal que hay es porque hay también el estado del bienestar que hay. Uno en el que servicios públicos como la sanidad, la educación o las pensiones se sostienen, fundamentalmente, con los impuestos que abona el contribuyente al Estado español.
Más allá de los argumentos y las posiciones en contra y a favor, cabe poner de manifiesto que marcharse a un país distinto al que lo hacía (por ejemplo) El Rubius es perfectamente legal. César García, Catedrático de Derecho Financiero y Tributario, apunta que “una persona física está en su derecho de trasladar su residencia donde quiera”. Este y otros youtubers así lo han hecho, y es un movimiento que según José María Peláez, inspector de hacienda, “entra dentro del principio de libre circulación de la Unión Europea”. En la misma línea, fuentes del Ministerio de Hacienda declaran a El Pragma que “el Gobierno no tiene nada que opinar sobre la decisión individual de trasladarse a otro país si ese traslado de la residencia es real”. Lo es, o parece, tanto en el caso de El Rubius como en el de otros youtubers ahora andorranos como The Grefg o The Willyrex. También es (o parece) real que estar sujeto a un sistema impositivo más favorable ha jugado un papel primordial en su emigración. “Cuando te vas a Andorra es por motivos fiscales, no hay otra razón, no hay otros motivos que justifiquen un traslado a un país como Andorra”, indica César García.
Desde luego, la diferencia entre los impuestos que se pagan en un país y otro es abismal. En España las rentas que superan los 300.000 euros tributan al máximo del 47%, mientras que en Andorra ese tipo máximo es apenas del 10%. No hay duda pues de que los incentivos existen y de que los youtubers idos allí han tenido muy en cuenta el beneficio económico derivado de una menor carga tributaria. Estos traslados de jurisdicción no son, sin embargo, exclusivos de estos creadores de contenido. Ni algo que hayan inventado ellos. Hay una larga lista de artistas y deportistas que llevan décadas haciendo lo mismo, con la diferencia en algunos casos de que dicen que se van pero, en realidad, siguen pasando más tiempo en España que en Andorra. Hacer eso es defraudar a Hacienda, puesto que para tributar en el país andorrano se tiene que residir allí, como mínimo, 183 días al año. En principio, este es el caso de El Rubius y otros youtubers andorranos. En este sentido, y en consonancia con a lo que alude el Ministerio de Hacienda, “lo único que se puede hacer en casos como este es perseguir cambios de residencia que no respondan a la realidad. Y no es fácil”, subraya César García. También es posible lo que comenta José María Peláez: “Puede pasar que quien dice que se ha ido se acabe relajando al cabo de un tiempo y acabe pasando más tiempo en España que en Andorra. Si no es así, lo único que se les puede hacer es un reproche moral”. También puede pasar, por cierto, que estos youtubers decidan quedarse. Ha habido muchos que han defendido esa posición. Entre otros, Ibai Llanos:
Reproche moral, conciencia fiscal
Probablemente, el debate, tenso y acalorado, ha sido uno propiciado más por la publicidad del anuncio y su contenido que por el acto en cuestión. “El mensaje que trasladan a sus millones de seguidores no es el adecuado, no es correcto que los jóvenes que los ven acaben pensando me voy y no pago. En España se paga más porque hay un estado del bienestar que otros países no tienen, como en Estados Unidos, donde no hay sanidad pública y donde, si estás enfermo y no tienes dinero, te mueres debajo de un puente”, afirma José María Peláez, en calidad asimismo de miembro de la Asociación de Inspectores de Hacienda. Prosigue el inspector aludiendo a que “el lío se ha montado porque dicen que en España se fríe a impuestos a la gente y en Andorra no. Y nadie puede decir nada si el traslado es legal, pero si estas personas tienen un problema médico vendrán a España, ahí está el reproche”. Además, continúa, “hay que pensar en para qué sirven esos impuestos y en qué tipo de sociedad estamos. Si eres español y crees que te fríen a impuestos, pues tienes la opción de votar a partidos que quieran bajarlos”, sentencia Peláez.
José María Peláez: “En España no hay un sistema con el que, ganes lo que ganes, puedas terminar pagando un 10% de impuestos”
La pregunta del millón parece pues ser esta: ¿Se pagan muchos impuestos en España? Si se tiene en cuenta la tributación con respecto al Producto Interior Bruto, no. “Si ves la presión fiscal sobre el PIB, España está en la media de la OCDE y por debajo de países como Francia y Alemania", señala César García. El catedrático subraya no obstante lo siguiente: “Lo que hay en España es la percepción de que se pagan demasiados impuestos en términos de que hay demasiadas administraciones tributarias, desigualdad en cuanto a la distribución de la carga tributaria, y además hay episodios que no ayudan como las noticias que hemos sabido estos días. Da la sensación de que la distribución de la carga no es justa”. En este sentido, Peláez recuerda que “todos tienen que tributar de acuerdo con su capacidad económica, con un sistema justo y progresivo, que son principios definidos en el artículo 31 de la Constitución Española”. De estos principios tributarios recogidos en la norma suprema también se sirve el inspector de hacienda para manifestar que “en España no hay un sistema con el que, ganes lo que ganes, puedas terminar pagando un 10% de impuestos”.
Si se percibe que los impuestos son muchos y que la distribución es injusta, es necesario profundizar en cuáles son las causas de que el imaginario de buena parte de la sociedad española sea ese. Para ello, César García recurre al concepto de ética fiscal. Lo hace para apuntar que entre la ciudadanía suele haber más conciencia fiscal en aquellos países donde los servidores públicos ejercen su labor ajustándose a la ética. En consecuencia, la ecuación arroja que cuanta menos ética en el comportamiento de los representantes públicos, menos conciencia fiscal por parte de los ciudadanos. Es deducible entonces que en un país donde tanto la Monarquía como los dos grandes partidos políticos se han visto envueltos en no pocos casos de corrupción, la conciencia fiscal no sea la misma que en países donde las corruptelas no están a la orden del día.
Un sistema obsoleto
Una de las reflexiones esgrimidas por parte de quienes han participado del debate de Youtube e impuestos es que España no cuenta con un sistema tributario adecuado. Aunque no es España el único país que adolece de no estar fiscalmente actualizado a los nuevos tiempos. Al menos, no para acoger a actividades que han ido surgiendo a lo largo de los últimos años en el marco de las sociedades digitales. Así, es difícil gravar ocupaciones que no son parte de una obsoleta legislación que fue diseñada pensando en la presencialidad de los negocios. “Le pasa a muchos otros países porque los sistemas tributarios tardan mucho tiempo en actualizarse”, expone José María Peláez. El sistema tributario, en España y fuera de España, es uno que tiene lagunas, de las que se aprovechan las grandes multinacionales…“y también algunos youtubers”, asegura Peláez. A este respecto, César García añade que para hablar de estos profesionales hay que tener en cuenta que “son especialmente proclives en un mundo digitalizado en el que pueden conseguir muchos beneficios. Por tanto, el factor fiscal se vuelve importante”.
Si hay una actividad en auge que genera muchos beneficios, tendría el recaudador que captar la señal de que esas actividades podrían ser beneficiosas, vía impuestos, para las arcas del Estado. Las autoridades podrían plantearse entonces la posibilidad de crear un marco impositivo en el que los y las youtubers tuviesen incentivos para quedarse en España. De momento, la solución para algunos pasa no por hacer que se queden, sino por poner palos en las ruedas para que no se vayan. Por ejemplo, hay voces que piden que España vuelva a incluir a Andorra en su lista de paraísos fiscales. Eso no va pasar, anticipa Peláez: “No se dan las circunstancias porque España y Andorra tienen un acuerdo y la segunda le diría a la primera que no está cumpliendo lo firmado y que, además, no hay motivos para incumplirlo porque los países son libres de tener tipos impositivos bajos”.
Lo que parece que va a pasar con la nueva ley es que se va a alterar la definición de paraíso fiscal, que pasará a llamarse “jurisdicción no cooperativa”. También van a cambiar los criterios para establecer qué país y cuál no puede ser considerado paraíso fiscal. La nueva legislación puede servir, según César García, para “abarcar a países con tributación baja”. No obstante, explica el catedrático, “lo pactado entre España y Andorra prevalece ante la ley interna. Tendríamos que denunciar el tratado internacional”. Por su parte, las fuentes de Hacienda consultadas ni confirman, ni desmienten: “Hay que esperar a que concluya la tramitación y ver qué criterios fija la norma para formar parte de esa lista”. Hasta la fecha, y en lo que respecta a cómo abordar la situación de los youtubers en Andorra, el convenio “establece cláusulas para dirimir circunstancias que no están claramente determinadas, pero es difícil especificar tanto, así que lo que se hace es decidir por una cuestión de en qué sitio tiene una persona el mayor número de inmuebles”, sostiene Peláez.
Entre las posibles reformas, necesarias como se ha apuntado arriba para acomodar a las nuevas actividades digitales y a quienes las ejercen, aparece también la posibilidad de que se paguen impuestos por los ingresos recibidos de un país en concreto. Es decir, “si la renta de quien se va Andorra depende de su actividad en España, podemos entender que su renta proviene de España, pero eso no lo contempla la legislación española, que no es acorde al modelo digital", arguye César García, al tiempo que agrega que “la ley internacional ha dicho precisamente eso: hay que ver de dónde llega la renta”. Para esa tarea podría ser importante una novedad anunciada en las Directrices del Plan Anual de Control Tributario, que ha propuesto utilizar el Big Data. “Nos va a facilitar mucho el trabajo y nos va a permitir hacer filtros y sacar solo la información que sea relevante para cada caso, por ejemplo para ver si la residencia de una persona está o no en España”, dice Peláez. Para César García es importante que la utilización de esta tecnología se haga de forma responsable, porque podría suponer violaciones a la privacidad. “Una cosa es que se utilice para perseguir a quien defrauda y otra es que no tenga límites”, sentencia el catedrático.
Oportunidades
Gusten más o gusten menos, los youtubers han demostrado ser capaces de que millones de personas pongan sus ojos en ellos cada día. Es innegable que hay que tener talento para ello. Es más, Ibai Llanos fue reconocido hace poco como el mejor streamer del mundo. Es deseable, así, que quienes cuentan con ese talento, y ese es el caso de España, sean capaces de retenerlo. También de atraerlo: “Muchos países de nuestro entorno sí han creado sistemas fiscales para atraer a este tipo de talento, como Portugal, que está recibiendo a muchísimos profesionales cualificados que deciden irse allí y no a España porque la fiscalidad portuguesa es mucho más atractiva que la española”, dice César García. Ha habido streamers que, asimismo, han incidido en este aspecto. Lo hizo The Grefg la semana pasada en El Hormiguero, donde reflexionó sobre un “debate moral que hace que todos nos peleemos y que genera una crispación social”. A continuación, planteó que sería positivo si se dejaran las disputas atrás para que el debate fuese uno constructivo:
La decisión que algunos de estos perfiles han adoptado puede considerarse como más o menos acertada. Dependerá del considerador/a. Ahora bien, criminalizar al talento que se va cuando no hay un sistema tributario que les incentive a quedarse es perder la oportunidad de abordar reformas necesarias para que no se vaya ese talento. “No podemos dedicarnos solo a cazar a defraudadores, tenemos que ofrecer mecanismos para que quien quiera irse, se quede”, indica César García. Para Peláez también es importante que “se evite que el debate esté en que los impuestos son insoportables y en que se lo llevan los corruptos”. Eso no quita, matiza, que se tengan que “perfeccionar la detección de casos de malversación de fondos públicos y de corrupción, en lo que se ha avanzado muy poco”. Tampoco es lo más correcto hablar de impuestos sin tener en cuenta que “nuestros servicios (públicos) cuestan mucho dinero”, como señala César García, quien apunta que “no se entiende muy bien que no exista una conciencia social de que eso es así y de que hay que pagarlo con impuestos”.
César García: “O somos competitivos, o nos quedamos atrás”
Lo que comenta el miembro de la AIH ha estado presente entre quienes han debatido sobre el asunto, de hecho. Ello supone otra oportunidad: la de reclamar a quien gestiona los impuestos que lo haga bien, porque no solo la corrupción, sino también “el despilfarro público genera que la gente considere que no se utilizan bien los impuestos”, asegura García. En cualquier caso, este embolado es asimismo una oportunidad para que se lleve a cabo un ejercicio de concienciación en lo referente al (buen) uso de los impuestos. “Se tiene que explicar dónde van, al público mayor pero también a los pequeños, para quienes tendría que haber una asignatura en el colegio. El Estado tiene mucho que hacer en materia de concienciación”, sostiene José María Peláez. Desde el Ministerio de Hacienda aseguran que ya realizan esta labor, con “campañas de sensibilización social sobre la necesidad de la contribución fiscal”. Aun así, es complicado que esa sensibilización tenga lugar si la percepción de que los impuestos no son bien utilizados se alarga en el tiempo y en la psicología del contribuyente. Por eso, César García defiende que no solo se trata de que “el impuesto sea más alto o más bajo, sino también de que haya un sistema ágil de aplicación y de que la administración funcione bien”. Si así fuese, el catedrático vaticina que “los contribuyentes verían que la presión fiscal es razonable”.
La temática abordada en estas líneas da para un debate en el que, según García, habría que “estimular la reflexión”. En tal aspecto, el catedrático plantea varias preguntas: ¿Qué necesidades va a tener nuestra Hacienda Pública para salir de la crisis? ¿De dónde va a venir ese dinero? ¿Se suben los impuestos tradicionales sabiendo que no es la mejor época? El también profesor en la Universidad de Santiago de Compostela opina que es lógico que se tengan que “buscar fuentes de tributación y recaudación, y ahí podrían entrar los negocios digitales”. Pero para que el sistema tributario español pueda aprovecharse de ello “hay que atender al mundo en el que nos movemos; Portugal lo ha entendido, y España debería entenderlo también. O somos competitivos o nos quedamos atrás”, precisa César García, quien también invita a que el debate sea uno que se haga racionalmente. “No quiere decir que de temas fiscales solo pueden opinar los expertos, pero hay que hacerlo con una serie de fundamentos, no con demagogia y con deformaciones de la realidad”, sugiere el catedrático. De debatir en los términos planteados por García se beneficiarían todas las partes involucradas, que tendrán la oportunidad de hacerlo (debatir) cuando el tema vuelva a ponerse encima de la mesa con la entrevista de Jordi Évole a Ibai Llanos, programada para el próximo domingo. De momento, cabe concluir que de nada sirve amenazar con posibles sanciones y regularizaciones a estos youtubers andorranos y, si se van, de nada sirve criminalizarlos si los impuestos españoles y quienes los gestionan no favorecen que se queden. Lo que sí podría servir es diseñar un sistema tributario competitivo para retener al talento que quiere huir y para atraer al talento que quisiera venir.
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Un artículo escrito por el hoy colaborador de El Pragma, Benjamín Sevilla. También sobre Youtube y Andorra, y con el añadido del Big Data. El escrito, publicado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, se puede leer pinchando aquí.
¿Por qué mudarse a Andorra puede ser una mala idea? Es una pregunta que plantean y responden en Visual Politiks, un canal de Youtube que este espacio jamás podría parar de recomendar:
Youtube al margen, en la semana del 40 aniversario del 23-F, este archivo radiofónico de RNE es imprescindible:
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