El periodismo puede también despolarizar el debate público
Un estudio (mi estudio) arroja no solo que los periodistas españoles pueden y saben cómo despolarizar, sino también que hay voluntad para hacerlo. Otra cosa es que les dejen.
¡Hola! 👋🏽
¿Qué tal? ¿Todo bien? Todo bien por aquí, aunque haya echado mucho de menos escribir El Pragma estas dos semanas de ausencia. Mi agitado y estresanste período de transición vital (fin de estudios, nueva casa, nuevo trabajo) va llegando a su fin, sin embargo.
Y digo más: la publicación de hoy es la que cierra mi etapa como estudiante, pues propuse a los profesores de mi ultimísima asignatura del máster que no había mejor espacio ni mejor audiencia para la publicación de hoy que El Pragma y sus suscriptores. Y aceptaron.
Así pues, lo que vais a leer hoy es una síntesis de lo que he estado haciendo durante los últimos seis meses. Se trata del proyecto para mi Trabajo de Fin de Máster en la Universidad de Ámsterdam, en el que he investigado (y entrevistado a periodistas políticos españoles) sobre cómo puede el periodismo contribuir a la despolarización del debate público.
Va pues quedando claro por qué no había mejor espacio ni mejor audiencia que esta. Si no es así, echar un vistazo a la primigenia publicación de esta aventura periodística lo podría resolver. Ahí dije que la newsletter tenía como misión fundamental promover el pensamiento crítico y el debate constructivo, así como enterrar las trincheras ideológicas y las verdades absolutas. Lo resumí en una frase: despolarizando que es gerundio.
En fin, larga introducción, aunque hoy necesaria. Sin más dilación, vamos a por la vigésimo tercera publicación, que hoy lees en unos 7 minutos.
Empecemos por lo básico, por la identificación del problema: la polarización política ha aumentado a lo largo de los últimos años y los medios de comunicación no están exentos de culpa. Ambas circunstancias se dan en el que ha sido el foco de mi TFM: España. No es una opinión ni que en el contexto español hay polarización ni que el periodismo es parte del problema. Es una afirmación sustentada en no poca evidencia empírica.
Mi estudio aporta más evidencia en lo que a polarización política en España respecta. También sobre el papel que en ello juega el periodismo político. Así, el gráfico que adjunto abajo recoge la media de las respuestas de los periodistas a los que entrevisté. Cuanto más cerca del 7, más de acuerdo están con los enunciados propuestos. Cuanto más cerca del 1, más en desacuerdo. El 4 es igual a neutralidad.
Era inevitable que en un proyecto de investigación sobre despolarización tuviese que, primero, abordar el fenómeno de la polarización y el papel que ahí juega el periodismo. Dicho lo cual, lo verdaderamente importante del trabajo era, sin duda, descubrir cómo los periodistas pueden despolarizar el debate público. El origen del estudio partía de la siguiente hipótesis: si el periodismo polariza, también podría despolarizar. Y sí, puede. ¿Cómo? Sigue leyendo.
Los enunciados ☝🏽 están basados en estudios de investigación sobre el periodismo político en España. Este es un ejemplo.
El periodista, en medio del debate y no a un lado de él
En el transcurso de la investigación encontré, por ejemplo, un estudio muy cool que concluye que es posible rebajar el tono agresivo de ciertos artículos periodísticos sin alterar los principales argumentos. Lo que es lo mismo: se pueden plantear las mismas ideas y la misma información sin polarizar a quienes leen esas ideas y esa información.
Hasta la fecha, más que demostrar que es posible, lo que hacen la mayoría de artículos de investigación sobre despolarización a través del periodismo es proponer maneras y técnicas para poder hacerlo. Una de esas vías contempla que el periodista se tiene que situar en mitad del debate, no a uno u otro lado. De esto precisamente hablé en “Dialogando el indulto”, aludiendo a lo que habían hecho en El País u Onda Cero.
Colocarse en el centro del debate, o diálogo, supone seguramente que los receptores de la información van a estar expuestos a posiciones contrarias a las que mantienen. Y esto es también lo que proponen quienes han escrito sobre cómo contribuir a la despolarización política desde el periodismo, pero también desde cualquier otro ámbito.
Fundamentalmente, lo propuesto en los dos párrafos arriba proviene del filósofo neerlandés Bart Brandsma (ya mencionado alguna vez por estos lares) y de quienes han hecho una clara apuesta por el concepto de Periodismo Constructivo. Karen McIntyre y Cathrine Gyldensted son pioneras en ese tipo de periodismo y defienden, entre otras cosas, que para despolarizar es importante tanto entender por qué tienen lugar los desacuerdos como intentar encontrar áreas de acuerdo.
Menos opinión, más información; menos negatividad, más constructividad
En el gráfico de arriba aparece que los periodistas entrevistados, provenientes de diversos medios y divergentes ideologías, se muestran neutrales en lo que a negatividad respecta. Es decir, no están ni de acuerdo ni en desacuerdo con que el periodismo político español se centra en lo negativo de la actividad política.
Aun así, una entrevistada apuntó en la que fue la primera entrevista de la investigación que el periodismo contribuye a la polarización política en España precisamente poniendo constantemente el foco en lo negativo. Y también mediante la generalización de que todos los políticos son malos.
Leído estos días ☝🏽 en “Manual urgente para periodistas de investigación”, del periodista argentino Christian Sanz
Ni la pregunta ni la respuesta son casuales, pues Cathrine y Gyldensted abordan el Periodismo Constructivo asumiendo que este tipo de periodismo es necesario para frenar el sesgo negativo al que, en general, los medios de comunicación han estado sometidos en los últimos tiempos. En resumen: la despolarización requiere de menos negatividad porque, a más negatividad, más polarización. Y menos constructivo es el periodismo.
Para despolarizar, varias entrevistas arrojaron asimismo que es deseable reducir el nivel de opinión en el periodismo político. Opinión, según dijeron varios entrevistados, de la que se abusa en espacios como Twitter o las tertulias de televisión.
Puesto que más opinión puede significar menos información, el análisis derivado de las respuestas de los periodistas es que la despolarización a través del periodismo pasa por ofrecer más información, objetiva y contrastada. Varios de los participantes sostuvieron que en esa tarea los fact-checking (medios que verifican datos y declaraciones) son imprescindibles.
Pluralidad e independencia
Más datos verificables, más información, más objetividad (si es que es alcanzable, pero eso para otro día). Esta receta es, en general, una de las que aprendí de las respuestas obtenidas a mis preguntas. Y, previsiblemente, sería de ayuda en la moderación del debate público, otra de las vías planteadas por varios periodistas para poder despolarizar. También se mencionó la pluralidad, que parece ser, de hecho, lo que demanda una mayoría de la audiencia en España.
Podéis echar un vistazo al informe ☝🏽 completo pinchando aquí
Las recetas para la despolarización de lo político están supeditadas a, probablemente, una de las conclusiones más importantes de la investigación: para despolarizar, el periodista necesita independencia. Esto es, las ideas planteadas por los entrevistados, y también las encontradas en estudios previos, no pueden ser aplicadas si esos entrevistados, y los periodistas en general, no tienen la libertad para aplicarlas.
El motivo de que en ocasiones no la tengan es, también, uno de los resultados más relevantes del estudio: la polarización política es rentable. Ergo puede pasar, y pasa según la mayoría de los periodistas que participaron en la investigación, que los que ocupan las posiciones más altas en los medios de comunicación tienen interés en mantener la espiral de la polarización política, pues es económicamente beneficiosa. Esto lo dijo Gonzo (periodista) no hace mucho… y yo le recogí el guante. Os recomiendo que veáis esos 10 últimos segundos del vídeo.
Así pues, la económica parece ser la barrera más alta (que no la única) que los periodistas interesados en despolarizar el debate público tendrían que franquear. Nueve de los diez periodistas reconocieron estar dispuestos a intentarlo. ¿Pueden? Sobre el papel, sí. Porque hay ideas y porque hay voluntad. Esto es: saben cómo hacerlo, y quieren. ¿Lo harán? En la práctica, será desde luego más difícil. Pero no imposible.
Extra, extra 📰
Lo he recomendado no pocas veces desde que empezara a escribir El Pragma, pero hoy tiene más sentido que nunca: La ínsula. Sin duda, este espacio es una vacuna contra la polarización.
En general, cabe matizar que todo lo expuesto arriba no es tarea exclusiva del periodismo. Situarse en medio del debate, exponerse a opiniones e ideas contrarias a las propias y recurrir a información objetiva es una tarea colectiva, de todos y para todos. En especial, de y para quienes preferirían un debate constructivo y no polarizado. Ese es el caso de quien escribe esta newsletter. Y de quienes están suscritos a ella.
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Y ya estaría. Espero que hayáis disfrutado de esta publicación tanto como he disfrutado yo escribiéndola. Por muchas cosas, pero entre otras porque hoy cierro dos ciclos. Uno, el de mis estudios. Dos, el de completar el manifesto de esta newsletter. Ahí apunté que su principal objetivo era despolarizar a través del periodismo. En esta siento las bases sobre cómo hacerlo.
Nos vemos pronto por aquí o cuando queráis en adnanleal@gmail.com 👋🏽. Feliz domingo,
Adnán